Imagina que ese día subiendo a la cima
del Pico Duarte una de las personas que busco señal para su celular hubiera
encontrado, ¿Qué crees tú que esta persona hubiera hecho de inmediato? Estoy
seguro que no guardaría el móvil en su bolsillo sino que haría su llamada. Sin
preámbulos, sin vueltas que dar, el siguiente paso estaba bien definido. En lo
personal he escuchado muchas veces la frase “Nunca es tarde para comenzar”,
déjame decirte que la palabra nunca
está mal empleada en esta frase. Realmente comparto el espíritu que transmite,
pero la realidad es que a la vida de cada ser humano llegan momentos donde no
hay vuelta atrás. Como hijo puedes pasarte toda tu vida sin respetar a tus
padres y tratándolos mal; el día que partan de este mundo será tarde para
cambiar tu acciones. En otras palabras debemos tomar decisiones que afecten el
presente para generar los cambios necesarios. Por esta razón yo prefiero el
dicho “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Esta es un área en la que
todos necesitamos trabajar duro. En la mayoría de los casos lo seres humanos
tenemos la tendencia a postergar, dejando correr el tiempo y acomodándonos en
nuestra zona de seguridad. La buena noticia es que hoy puedes comenzar a vivir
dentro de la voluntad de Dios. Si ya has encontrado el significado de tu vida
en el Señor o estas en medio de esa búsqueda, este mensaje es para ti. Vamos a trabajar
sobre una idea clave respondiendo a la pregunta ¿Cómo inicio a vivir dentro de
la voluntad de Dios? Porque de eso se trata, acción.
Básicamente, existen cinco áreas donde
cada ser humano debe iniciar su caminar con Dios porque están claramente
definidas en Su palabra. Sin temor a equivocarme, te invito a iniciar esta
travesía que te llevara de lo general a lo particular y a disfrutar de vivir con
propósito. ¡Manos a la obra!
Jesús dijo: Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve
al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna;
y yo le resucitaré en el día postrero (Juan 6:40; Énfasis agregado). Esto es lo primero, el paso que nos introduce a
la aventura de vivir. Ser salvo. Esto
significa pasar de muerte a vida, estar conectado con Dios. Vuelvo a decir “No
hay sentido de la vida en desconexión con autor de la vida”. Es por esta razón
que es necesario para todo ser humano formar parte de la familia de Dios, pues
separados de Él solo existe la muerte y condenación. Sabiendo esto, ¿Qué vas a
hacer? Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12).
Una vez se establece esta relación con
el Señor se producen cambios extraordinarios en nuestra vida. Esto se debe a la
obra del Espíritu Santo, somos limpios de pecado. Esta nueva condición nos
impulsa a alejarnos de lo pecaminoso. “Pues la
voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1Tes. 4:3; Énfasis agregado). Ser santo. Esto no quiere decir ser santurrón sino
ser igual a Cristo. No hay victoria sin santidad. Es necesario entonces para
poder disfrutar del sentido de la vida, ser santo, ser puro, porque esto es la
voluntad de Dios para ti y para mí. No necesitamos preguntar: ¿Señor, realmente
quieres que yo no peque? Ya sabemos la respuesta.
Siendo sincero, yo sé que esto que
estoy escribiendo es totalmente contra contracorriente. Lo que parece normal es
desobedecer a Dios y por esta razón a la mayoría de personas le parece
religioso hablar acerca de Jesús y una total locura hablar sobre pureza porque
según ellos la vida hay que gozarla. No obstante, siguen sin rumbo y sus vidas
carecen de sentido. Cuando cesa el ruido del ambiente no saben qué hacer. Las
apariencias se terminan y se enfrentan a la realidad. Recuerda que no se trata
de religión sino de relación. Yo no hago lo que hago por cumplir con un
reglamento sino porque amo a Dios y quiero ser semejante a Cristo.
Aún quedan tres áreas por compartir.
Estas no tienen un orden establecido así que vamos a ir revisando una a una.
Pablo dijo: no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los
hombres, sino como siervos de Cristo, de
corazón haciendo la voluntad de Dios;
(Ef. 6:6; Énfasis agregado). En otras
palabras no somos llamados a ser jefes pero si a ser
siervos. La filosofía que reina hoy día dice “no le hagas a los
otros lo que no quieres que te hagan a ti” Totalmente pasivo, lo único que
genera es egoísmo, en cambio, la dinámica que Dios ha diseñado es genial pues
si todos la pusiéramos en práctica imagina lo que sería; yo te sirvo a ti y tu
a mí, supliendo los unos las necesidades de los otros. Genial. Dios no se
equivoca. “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas” (Mt. 7:12). No fuimos creados para auto-complacernos, debemos
servirnos unos a otros. Es por ello que nuestra actitud no debe ser la de
esperar ser servido antes debemos servir primero.
Mientras avanzamos cumpliendo estas
áreas que son generales Dios va revelando su voluntad específica para nuestras
vidas. Recordando, hemos visto SER SALVO, SER SANTO Y SER SIERVO. La próxima la
encontramos de manera objetiva en los siguientes versículos:
1Pe_2:15 Porque
esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres
insensatos;
1Pe_3:17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien,
si la voluntad de Dios así lo quiere,
que haciendo el mal.
1Pe_4:2 para no vivir el tiempo que resta en la
carne, conforme a las concupiscencias de
los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
1Pe_4:19 De modo
que los que padecen según la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador,
y hagan el bien.
Pedro no pudo decirlo mejor. Dentro
de la voluntad de Dios para mi vida se encuentra el sufrimiento. Es natural
querer evitarlo pero es parte de lo que me llevara a vivir con propósito. En
este punto pareciera que Dios está equivocado. Pudiéramos decir, sufrir, ¿para qué
sufrir? Eso es perjudicial para cualquier ser humano. Pero aquí la clave está
en la razón por la cual debemos sufrir. Cuando padezco haciendo el bien
entonces estoy viviendo dentro de la voluntad de Dios. El corazón del Señor no
se deleita en ver tu sufrimiento sino cuando haces el bien. Es lamentable que
en este mundo corrompido por el pecado hacer el bien sea sacrificial; “al que
quiera hacer el bien le costara”. Es por ello que he titulado esta área ser sufrido.
Por último, Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús (1Tes. 5:18). Estar
Satisfecho. No se trata de ser
conformista sino de vivir agradecido. Cuando comprendemos la magnitud de lo que
Dios ha hecho en nuestras vidas no es algo difícil. Comenzando por el costo de
nuestra salvación como único motivo de gratitud no habría tiempo para terminar
de agradecer. A veces se nos olvida lo que hemos recibido y somos mal
agradecidos. Hagamos memoria y demos gracias en todo tiempo.
“Bendice, alma mía, a Jehová,
y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides
ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que
sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de
favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te
rejuvenezcas como el águila” (Salmos 103:1-5).
“No dejes para mañana lo que puedes
hacer hoy”
Comienza a vivir dentro de la voluntad
de Dios. Si no sabías cuál era el siguiente paso, ya lo tienes.